La lluvia deslució la celebración de la jornada de Santa Teresa y obligó a suspender la procesión.
Santa Teresa no pudo disfrutar ayer de su tradicional recorrido por
las calles del pueblo. Nubes negras, viento y ligeros chubascos
amenazaron durante todo el día con boicotear los actos previstos y
finalmente los organizadores decidieron suspender tanto la
procesión como la exhibición de baile payés a cargo del Grup
Folklòric de es Cubells.
Entre los vecinos se respiraba un aire de extrañeza. La mayoría no
recordaba que ningún año se hubiese tenido que suspender la
procesión. El párroco, Josep Lluís Moyà, comentó que estudiaría con
el resto de vecinos la posibilidad de llevar a cabo la procesión el
próximo domingo.
El programa de actos organizado por la comisión de fiestas era
sencillo aunque suficientemente completo. La misa se celebró a
partir de las siete de la tarde, lo que posibilitó que muchos
vecinos no tuviesen que perderse el resto de actividades a causa de
los horarios laborales. La iglesia se llenó más de lo habitual
porque nadie quería quedarse a la intemperie. Vestidos con sus
mejores galas, aunque con ropa de abrigo, los vecinos se dieron
cita en la parroquia de la localidad y asistieron al oficio que
celebró el obispo de Eivissa, Agustín Cortés Soriano.
Tampoco faltaron algunos representantes políticos como el alcalde
de Sant Josep, Josep Serra Escandell, o el portavoz de la
oposición, Josep Marí Ribas, Agustinet. El frío que algunos de los
asistentes padecieron a lo largo de la tarde se fue mitigando
cuando el vino y las orelletes comenzaron a repartirse. Las
bandejas se vaciaron con rapidez porque además la hora (alrededor
de las ocho de la tarde) invitaba a tomar un tentempié.
S. Yturriaga
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