El malestar de la Asociación de Automoción de las Pitiüses por el creciente aumento de coches en venta de manera irregular por las calles está llegando al límite. Tras denunciar el caso en tres ocasiones, los propietarios de concesionarios idean nuevas formas de presión para lograr que se erradique esta actividad fraudulenta, «que hace daño a todos», comentan sus portavoces.

El sector asegura que presentó en su día un informe jurídico que «demuestra que este tipo de compra-venta carece de legalidad alguna» y que ha hecho llegar este informe a las autoridades «sin resultados positivo por el momento», por lo que no dudan en recordar este tema y hacerlo llegar a los medios de comunicación.

Los profesionales del sector advierten a los compradores de que este tipo de vehículos «no cuenta con ningún certificado que acredite su buen estado» y, en el caso de que hayan pasado una revisión, «la suelen hacer en talleres que trabajan de manera clandestina», en las afueras de los núcleos urbanos. A veces la venta no es individual sino que esconde a empresas que se dedican a este negocio de manera fraudulenta y que, por lo tanto, no declaran ningún tipo de impuestos.