La práctica de este deporte es mucho más divertida con un poco
de mar», confesaba durante los preparativos de la salida de la
segunda edición del Encuentro Internacional de Kayak de Mar Emilio,
un joven madrileño al que le gusta dar paladas con un poco de olas.
Esta misma opinión compartían Josep David, Enric y Luis procedentes
de Tarragona y entusiasmados con la idea de conocer la otra Eivissa
desde una posición privilegiada: «El kayak te permite ver la costa
desde otro punto de vista, incluso puedes entrar en cuevas y
acceder a muchos lugares a los que no se puede llegar por tierra o
en embarcaciones de gran calado», explicaba Josep David mientras
esperaba el aviso de salida en Cala Carbó.
Fue en esta playa de Sant Josep donde se dieron cita los 71
participantes en este encuentro deportivo no competitivo que, a
pesar del viento del oeste y el mar de fondo, desarrolló su primera
etapa con toda normalidad. «El recorrido de hoy alrededor de es
Vedrá puede cambiar pero eso no lo sabremos hasta que estemos en el
lugar», informaba Toño Calderón, responsable de la Escuela Ibicenca
de Kayak de Mar antes de partir. Calderón explicó que a pesar de
que las preinscripciones ascendían el viernes a 85 participantes,
el mal tiempo hizo que muchos de los palistas ibicencos decidiesen
quedarse en casa. «Tenemos a cincuenta participantes procedentes de
la zona de Cataluña, 10 de Dènia y el resto ibicencos y gente de
Madrid», resumía el organizador de esta cita cuyos principales
objetivos son, según comentó, dar a conocer y fomentar la práctica
de este deporte y el intercambio de experiencias entre los
palistas, y mostrar la costa de la isla fuera de la temporada de
verano.
Éste último objetivo fue el que más llamó la atención de los
aficionados foráneos. «Nosotros venimos porque coincidimos con Toño
en la travesía del Ebro y nos animó a venir», señalaron Jaume y
María, procedentes de Barcelona. Otros participantes como los
valencianos Francisco y Emilio se enteraron a través de publicidad
de un distribuidor de material deportivo y se apuntaron a la
aventura. Con kayak propio o alquilado, todos los participantes
colocaron en los compartimentos interiores y exteriores de sus
respectivas embarcaciones alimentos y ropa para la ruta, las
tiendas de campaña y sacos de dormir y se vistieron con trajes de
neopreno y el chaleco salvavidas para echarse a la mar que ayer, en
la costa de Sant Josep estaba un tanto revuelto.
Eva Estévez
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