El portavoz de la Unión de Consumidores de Eivissa (UCE), Carlos Salinas, aseguró ayer que los pisos de Eivissa y Formentera están muy sobrevalorados, incluso por encima del 20 por ciento que ha señalado el Banco de España como máximo de media en el conjunto del país. Con respecto a la posibilidad que apunta el Banco de España sobre que puedan bajar los precios en un futuro, Salinas considera que las Pitiüses son un caso aparte. «Sólo bajarían si se produjesen dos o tres años seguidos de auténtica crisis turística», matiza el portavoz de los consumidores, que recuerda que en el año 1992 hubo una crisis y sus consecuencias «no se notaron en el precio de los pisos, salvo los casos de los que fueron embargados por impagos, que proliferaron».

Lo que sí puede ocurrir en un futuro «es que se estabilicen los precios de la vivienda nueva pero por ahora no parece una posibilidad factible», dice Salinas. Otro peligro en caso de crisis es la situación de las familias pitiusas, «que están viviendo por encima de sus posibilidades porque los préstamos son ahora más baratos y se pueden afrontar en más años y la gente se está sobrehipotecando». El máximo de dinero de la renta familiar que debería estar hipotecado «es de un 35 por ciento pero está llegando al 60 por ciento». Ante una situación tan delicada, cualquier variación que haya del sistema económico se va a notar, afirma Salinas.

«En vivienda no hay una ley que imponga un precio máximo y un precio mínimo por lo que no se puede protestar mucho porque sean caras», dice el portavoz de la UCE. «Si se dijese que el promotor sólo pudiese ganar un 5 o un 10 por ciento después de todos los costos de la obra, sería otra cosa porque se podría controlar», pero esta posibilidad es nula. «La gente tiene que vivir en algún sitio y por eso se atienen a los precios que hay», afirma Salinas. Los consumidores no suelen presentar denuncias sobre la carestía de los precios de los pisos porque «son los que son».