El Ayuntamiento de Eivissa no podrá utilizar el recinto ferial para
despedir el año 2003 al coincidir con la fiesta «Nadal d'Infants»
que tendrá lugar del 27 de diciembre hasta el 4 de enero, las
mismas fechas que cada año, desde 1999, el Consistorio pide la
cesión al Consell de las instalaciones insulares para celebrar una
fiesta que ha llegado a reunir a miles de personas para despedir un
año.
El primer teniente de alcalde, Pedro Campillo, y la concejala de
Fiestas, Sandra Mayans, explicaron ayer que están buscando otra
alternativa al recinto ferial, que no será Vara de Rey, pero no
resulta nada sencillo. «Dentro de la ciudad es imposible hacerlo
por las molestias que ocasiona», dijo Mayans.
Los concejales del Pacte detallaron las negociaciones realizadas
desde julio de este año, cuando se pidió por escrito al Consell la
cesión del recinto. «En agosto llamé al conseller Vicent Guasch
para saber si había recibido la solicitud y si me podía adelantar
si teníamos la autorización para la fiesta. Me contestó que no
había ninguna actividad en esas fechas y no había problema para
conceder la autorización», explicó la concejala de Fiestas.
Sin embargo, el 15 de septiembre se envió un escrito, firmado
por Diego Guasch, que informaba que la fiesta era denegada porque
coincidía con unas actividades infantiles en el recinto. Mayans se
reunió con la consellera Cati Palau donde les expuso que «era un
error eliminar esta fiesta, ya que con voluntad se podían hacer las
dos fiestas». Sin embargo, el Pacte se encontró con la negativa del
Consell: «Nos dijeron que era una decisión tomada por el presidente
del Consell y no había posibilidades de cambio de fecha»,
añadió.
Las razones argumentadas por el Consell no son compartidas por
el Pacte: «Estamos de acuerdo en que hay que hacer actividades para
los niños, pero también para los mayores. Todos somos ciudadanos
del municipio», apuntó Pedro Campillo.
El primer teniente recordó las palabras del presidente del
Consell, Pere Palau, en la reunión con el alcalde de Eivissa, Xico
Tarrés, en la que prometió que trataría al municipio con el respeto
institucional que se debe, por lo que pidió que reflexione. «No
queremos pensar que el único problema que hay es que no somos del
mismo color político (...). Si dice que nos va a tratar igual que
los demás, que lo haga». «No quiero ver mala intención política,
pero se están equivocando. No han hecho daño al equipo de gobierno,
sino a familias enteras que no se pueden pagar los precios de
restaurantes y las discotecas».
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