S. M. DEBELIUS
El aeropuerto de Eivissa vivió ayer una jornada difícil a causa de las lluvias y la tormenta. Alrededor de la una y media del mediodía, los colectores del aeropuerto se colapsaron, provocando la salida de agua por las baldosas de la terminal de salidas. En pocos minutos, empezó a salir agua a borbotones inundando parcialmente esa terminal. Los viajeros que esperaban en la cola para facturar en ese momento se vieron sorprendidos por este incidente. Pantalones mojados, zapatos sumergidos, maletas pasadas por agua y resbalones marcaron la jornada de ayer.

La indignación se reflejaba en la cara del personal del aeropuerto que explicaron que están hartos de que se produzca la misma situación cada vez que llueve, sobre todo después de haber estado soportando las obras durante cuatro meses. Los viajeros, por su parte, se mostraban muy sorprendidos ante este suceso. Las esperas frente a los mostradores de facturación o las oficinas de las distintas compañías se hizo muy incómoda, al tener los pies y el equipaje metidos en el agua.

Los bomberos tuvieron que poner en marcha las bombas de extracción para poder hacer frente a la cantidad de agua que bañaba la zona. Así mismo, tuvieron que romper unas cuantas baldosas para intentar que el agua se colara en la fosa y dejara así de anegar la terminal. Los servicios de limpieza del aeropuerto no daban abasto ante el gran caudal que emergía del subsuelo. Fregonas, escobas, recogedores y todo tipo de recipientes fueron necesarios para achicar agua.

Además, las subidas de tensión provocaron algún corte de luz. A media tarde, los bomberos, servicios de limpieza y personal del aeropuerto consiguieron que la zona volviera a la normalidad.