La feliz pareja, antes de la ceremonia.

La de Rafael Amargo y Yolanda Jiménez será una boda que se recordará no sólo por la fiesta montada sino por la improvisación en sus preparativos. El enlace de este verano, celebrado en su jornada más lluviosa que en un principio se iba a desarrollar en el idílico paraje de Cap des Falcó con todo lujo de detalles, con una ceremonia al aire libre en la que se incluía la llegada de los novios en barco, se quedó en agua de borrajas debido a las precipitaciones registradas ayer en la isla. «Me da igual dónde se celebre mi boda, pero hoy me caso y estoy muy feliz», decía el bailarín por la mañana en el exterior del restaurante Cap des Falcó, lugar elegido para el convite que, finalmente, trasladó a todo su equipo de cocina y camareros hasta El Hotel de Pachá, emplazamiento en el que, finalmente se desarrolló la ceremonia.

En el acto, al que acudieron alrededor de 200 invitados, coincidieron caras conocidas como la de Asdrúbal, ex de Bibiana Fernández, la cantante Massiel, la actriz Paz Vega y su esposo, Orson Salazar, Cayetana Guillén Cuervo junto a su novio y numerosos familiares y amigos de la pareja, que, a petición de los novios, acudieron, a excepción de la siempre llamativa Paz Vega, vestidos de blanco.

La nota de color la pusieron los elementos decorativos puestos por el equipo de interioristas formado por Aliwalu, directora artística de Pronóstica, y Mauricio González, que también se encargaron de colocar decenas de antorchas en la entrada principal del edificio al que, en principio, estaba prevista la llegada de los novios por separado en una limusina blanca. Pero los contratiempos hicieron que el vehículo en el que primeramente viajaba el propio Amargo, se averiase a escasos metros del hotel y éste tuviese que optar por un mercedes gris metalizado para irrumpir ante sus invitados acompañado de su madre, doña Antonia, la madrina de la boda.
Vestido con un elegante traje blanco Rafael Amargo saludó a sus familiares y amigos antes de entrar en el hotel para recibir a su prometida, Yolanda Jiménez.

La joven, que dejó boquiabierto al propio Amargo, lucía un traje blanco adornado con una larga levita confecciona con unos delicados elementos de pedrería en tonos verde pastel, y, con un elegante recogido, apareció del brazo de su padre, don Pedro, y portando, en lugar del convencional ramo, una única rosa amarilla.

«Hoy también es un día muy especial para los padres y lo único que deseamos es que sean muy felices», comentaron el padre del bailarín y la madre de la novia. La ceremonia civil, que presidió la concejala de Sant Josep, Encarna Castro, dio pie a una fiesta en la que además de la cena fría servida por el restaurante Cap des Falcó, estuvo ambientada por el grupo flamenco de Eivissa Chupendi, capitaneado por Marcial Rodríguez y Mati González.
El menú, elegido personalmente por los novios, incluía corona de frutas, canapés de atún, salmón ahumado y ternera rúcula y parmesano, croquetas, queso brié, ajo blanco, brochetas de rape y gambas, pollo con piña y solomillo de ternera entre otras delicias, regadas con vinos del penedés y cava. La nota a destacar en la mesa la pusieron los canutillos rellenos de praliné que sustituyeron a la tradicional tarta nupcialEva Estévez