Siguiendo la vuelta a las Illes Pitiüses a través de sus calas llegamos hoy hasta Cala Vedella, otro enclave interesante a la hora de visitar por su gran belleza. Resulta más que recomendable que los visitantes que accedan a esta playa en moto o coche siguiendo los desvíos pertinentes desde Sant Josep en dirección a Cala d'Hort, se paren, en la bajada a esta playa, en un pequeño mirador que hay en la recta final.

Desde este punto los aficionados a la fotografía de paisajes pueden disfrutar de una bella panorámica de Cala Vedella, un puerto natural con mucho ambiente tanto en sus aguas, donde fondean decenas de pequeñas y medianas embarcaciones de recreo, como en su arena, donde campan a sus anchas cientos de turistas cada día.

Cala Vedella es una playa muy familiar apta para el recreo de los más pequeños, sin duda los que más disfrutan de esta ensenada a la que arriban mansas aguas, resultante del abrazo producido por dos acantilados.

Resulta interesante el ambiente que se respira en los distintos restaurantes que ofrecen una oferta variada a los comensales con platos de la gastronomía pitiusa, italiana o más exótica, que dan a entender el ambiente internacional que se respira en esta elegante ensenada de Sant Josep de sa Talaia.

A diferencia de lo que ha sucedido en playas vecinas como Cala Tarida, Cala Vedella ha sabido sobrevivir con dignidad al proceso de urbanización turística y, a pesar de la profusión de construcciones en la ladera de los montes que forman parte de su entorno, el impacto no ha sido tan acusado como en otros lugares.

Otro dato de interés a tener en cuenta es que los aficionados a los fondos marinos cuentan en este lugar con varios centros de buceo en los que se organizan cursos y excursiones para conocer la naturaleza submarina de esta bella zona de la costa de la isla de Eivissa.

Sus finas arenas y sus cristalinas aguas son el indiscutible atrayente de esta playa.

E.E.