Sus Majestades los Reyes de España llegaron a Palma ayer a las
ocho y media de la tarde para dar comienzo a sus vacaciones de
verano.
El morro del avión «Falcon 900» de las Fuerzas Aéreas Españolas
en el que suelen desplazarse brilló en el cielo despejado de la
tarde palmesana y tomó tierra con elegancia en la base militar
aérea de Sont Sant Joan. A pie de pista, bien cuadrada a pesar del
calor, una comitiva formada por las principales autoridades civiles
y militares de les Balears esperaba para brindar la tradicional y
protocolaria bienvenida a la Familia Real en nombre de todos los
habitantes del archipiélago. Los representantes civiles eran el
presidente del Govern balear, Jaume Matas; el presidente del
Parlament de les Illes Balears, Pere Rotger; la alcaldesa de Palma,
Catalina Cirer; y el delegado del Gobierno en Balears, Miquel
Ramis. Entre los militares, el comandante general de Baleares, Luis
Peláez-Campomanes Fernández; el comandante militar de Mallorca,
Ricardo Tur Serra; el jefe de la base civil del Ejército del Aire,
Jiménez de la Portilla; y el delegado de defensa, Sbert
Portell.
El rey Juan Carlos y la reina Sofía, seguidos a unos metros por
el jefe de la Casa del Rey, Alberto Aza, descendieron sonrientes de
la aeronave y acudieron a saludar a militares y políticos. Don Juan
Carlos vestía pantalón verde, chaqueta azul marino, camisa de
cuadros azul claro y corbata azul cobalto; doña Sofía, un vestido
camisero estampado de color marrón. Llamó la atención de todos los
presentes, como nota simpática y entrañable, el perrito que cargaba
doña Sofía en su bolso, un yorkshire miniatura marrón y canela que,
asustado, apenas acertaba a asomar el hocico ante los
asistentes.
Al ir a estrechar la mano de Matas, en una reacción muy suya, el
Rey dijo: «Hombre, parece que no ha pasado el tiempo», en
referencia al reencuentro con quien fuera su anfitrión en visitas
anteriores. Luego animó a la alcaldesa de Palma a que se arrimara
más al grupo para la foto.
Tras departir unos minutos con las autoridades, Su Majestad el
Rey se acercó a los periodistas para atender a sus preguntas.
Recalcó su intención de acudir a la Isla para descansar y recordó a
todos que ayer cumplía cinco años su nieto Froilán.
A diferencia del año pasado, en el que el Rey se vió obligado a
retrasar unos días su llegada a la isla debido a la crisis del
islote Perejil, este año inicia sus vacaciones en las fechas
habituales, lo que le permitirá participar en la IX edición de la
Regata Breitlin a bordo de el Bribón y disfrutar unos días más de
su estancia en la Isla.
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