Tienen más de cincuenta años pero posiblemente más ganas de aprender que muchos adolescentes. El próximo mes se clausurará el curso de la Univesitat Oberta per a Majors de la UIB, una iniciativa puesta en marcha hace cuatro años y que cuenta con fieles seguidores como Pilar Cava de Llano y Fefa Albarcar, dos de las alumnas que no se han perdido ni un solo curso.

Sorprende el ansia por estudiar de la mayoría de los alumnos de la Universitat Oberta per a Majors. «Empecé magisterio en Alicante pero lo dejé para casarme; al final retomé a los 40 lo que dejé a los 20. Primero empecé a dar clases de catalán y a esta universidad voy desde hace tres años», relata Neus Planells, quien al igual que sus compañeros cree que es importante «aprender cosas nuevas y refrescar los conocimientos que ya tenías». Neus no visitaba es Broll desde hacía 25 años, pero ayer pudo comprobar que allí todo sigue igual. «El año pasado dimos una asignatura sobre la II Guerra Mundial y fue muy interesante porque había gente que había vivido esa época y contaba cosas», recuerda una de las alumnas. «A mi encantó la apertura de curso que hizo la vicerrectora de la UIB de Palma, Merçé Gambús», añade su compañera.

Este año más de 60 alumnos han acudido a clases de Filosofía, Poesía popular, Historia de las religiones o Nuevas perspectivas del genoma humano. Horas lectivas que también se complementan con salidas como la de ayer, una excursión a un rincón característico de la isla: es Broll de Buscatell, situado en las cercanías de Santa Agnès. El grupo partió a las 09,00 horas de Eivissa y durante toda la mañana recorrieron los caminos que conducen hasta es Broll, un paraje natural en el que, como explicó el director del Quartò de Portmany, Marià Torres, «todo está en función del agua». Todos consiguieron completar un recorrido que incluyó una parada en el Pou d'es Escarabats, y finalizó con el descubrimiento del manantial, en el que todos pudieron refrescarse y recuperar fuerzas antes de la subida.

La asignatura de Biografía del pensamiento filosófico, impartida por la catedrática Llanos Lozano, ha entusiasmado a la mayoría de los alumnos, al igual que la de Historia de las Religiones. «En la época en la que yo nací no se podía hablar de Alá o pensar en cojer el Corán, por eso ahora me han gustado tanto estas clases; he podido comprobar que la gente es más buena de lo que parece, porque antes de hacían muchas barbaridades», dice Raquel Campomanes, quien durante muchos años ejerció como profesora en la ciudad de León. Ya jubilada retomó los estudios en Canarias y este año lo hace en Eivissa. No tiene más que elogios para profesores como Marià Torres-«si yo hubiera sabido en mi época todo lo que nos ha explicado en el Taller de escritura creativa, se lo hubiera enseñado a mis alumnos»-pero protesta cuando sale el tema del catalán, lengua en la que se dan la mayor parte de asignaturas. «Hay algunos que no lo entendemos bien», comenta.

Isabel Tur decidió inscribirse en la Universitat Oberta per a Majors después de que sus hijos y su marido le animaran a hacerlo. «Ha sido una buena experiencia», comenta satisfecha.

Todos participan estos días en el Taller de teatro, una clase que despierta opiniones diversas por el pudor de algunos a subirse a un escenario. El lunes por la tarde representarán en Can Ventosa varias piezas de Joan Castelló.

La mayoría repetirán el año que viene. «Voy a seguir enrolada hasta que me echen», asegura Raquel Campomanes.

Sara Yturriaga