Diversos grupos animaron ayer Dalt Vila.

Eivissa ha vuelto por cuarto año consecutivo al medievo. Ayer por la tarde el Portal de ses Taules y la plaza del Mercat Vell volvieron a ser el lugar en el que se concentraton las máximas autoridades de la ciudad, toda la corporación municipal capitaneada por el flamante y orgulloso alcalde Xico Tarrés y una no menos exultante presidenta del Consell, Pilar Costa, que, vestidos a la última, quisieron rememorar los antiguos tiempos en los que Eivissa vivía intramuros sin conseguirlo. Su atuendo distaba mucho de emular al de sus antecesores, los señores feudales de antaño, por lo que la atmósfera que trataron de insuflar los distintos grupos de animadores se quebró en un acto inaugural que resultó soso y falto de dinamismo.
La Fanfarria Renacentista abrió el desfile por el que pasaron siete agrupaciones más que interpretaron sonidos pertenecientes a las distintas culturas que han convivido a lo largo de los siglos en Eivissa. El grupo de música celta Alambique, con sus gaitas; el grupo de teatro Pingaliraina, acompañado de un mendigo que se acercó sin dudar a besar los pies de las autoridades; el grupo de música árabe de Sudán con su bailarina morisca; Els Bufons, que cabalgaron para luchar en lugar de con lanzas, con pinchos morunos gigantes; el grupo de música medieval Els Goliards y los Balestrieri di Assisi, de Arezzo, Italia. Tan solo la última de las agrupaciones que desfiló por la cuesta de ses Taules, la de los Sbandieratori Aretini, procedentes de la ciudad italiana de Arezzo, arrancaró los aplausos y desperezó a los cientos de personas que se agolparon en el Mercat Vell para estrenar la nueva edición del mercado medieval. Los cruces de coloristas banderas y las luchas y acrobacias de sus portadores, que incluso se atrevieron a dar piruetas abrieron el paso hacia el interior de las murallas, lugar en el que decenas de artesanos, mercaderes y mesoneros esperaban ansiosos el paso de las primeras oleadas de visitantes que se abalanzaron sobre los programas editados por el Ayuntamiento en castellano, catalán, inglés y alemán dispuestos en una de las mesas de información regentadas por dos elegantes pajes. Las autoridades y personalidades destacadas recibieron además como obsequio una imitación de pergamino con una cita de un libro del siglo XII con una bella descripción de Dalt Vila, el centro neurálgico de la vida de la isla durante este fin de semana.
Sara Yturriaga/ Eva Estévez