Unas 250 personas protagonizan la tradicional manifestación del Día Internacional del Trabajo.Foto: VICENÇ FENOLLOSA

«1º de Mayo 2003: por la paz y la solidaridad». Este lema de la pancarta principal fue el que presidió todo el recorrido de la manifestación del Día Internacional del Trabajo, que reunió a unas 250 personas. La cita, lejos de centrarse en peticiones estrictamente laborales, se convirtió en multirreivindicativa; un auténtico batiburrillo de consignas que demostraba la confluencia de temas candentes.

La cercanía de las elecciones, la guerra de Irak, el desastre del «Prestige» y la carestía de la vivienda se unieron a las voces que reclamaban mejoras salariales, menos precariedad laboral y el descenso de la siniestralidad.

Las consignas y lemas resumen a la perfección la pluralidad de temas. «Señor Arenas: apúnteme en la lista soy gente de paz», «Bush, Blair y Aznar, ellos son los culpables», «Abajo el imperialismo y sus cómplices», «Otan no, bases fuera», «Yankis no», «A las barricadas», «Al PP aquí no se le ve», «La Ley de Extranjería es una porquería», «España, mañana, será republicana» y «La Otan mataría nuestras plantas de maría», entre otras. Además, algún que otro insulto directo al PP y sus dirigentes. Algunas solapas no daban para más pegatinas. «No a la guerra», «Sí a la paz» y «Nunca Máis» hacían sitio en las pecheras.