Cuando llega el mes de abril la familia de Carmen, una de las integrantes de la Comisión de Fiestas de Sant Jordi, vive intensamente todos los preparativos que anteceden a las celebraciones patronales, en los que ella tiene una función importante. Algo similar les ocurre a la quincena de compañeros que, junto a Carmen, se encargaron de organizar ayer la II Fira d'Artesans i del Camp. En su segunda edición este encuentro se ha superado asimismo; si el primer año las mesas sólo ocupaban la plaza de la iglesia, esta vez se ha duplicado el número de puestos, que han llenado el carrer del Cementiri y la explanada situada junto a la iglesia.
Los preparativos comenzaron en la tarde del miércoles y continuaron a primera hora de la mañana. Había que montar los tenderetes, preparados para la lluvia, y colocar todo el material. «Ayer (por el miércoles) terminamos a medianoche y hoy a las 08,00 horas ya estábamos aquí», contaban algunos organizadores. Finalmente, y con un poco de retraso, la muestra artesanal estuvo lista para recibir a los visitantes hacia las 11,00 horas. Agrupaciones varias, parroquianos, o simplemente grupos de vecinos, se dieron cita en Sant Jordi, en un peculiar mercado que se mantuvo abierto durante todo el día. Entre las novedades de esta edición se instalaron jaulas con animales del campo que los propios vecinos habían cedido: lechones, cabras, ovejas, faisanes, patos, e incluso dos podencos, fueron los más visitados por los niños.