Las obras de interconexión de las desaladoras de Eivissa y Sant
Antoni están colmando la paciencia de los conductores que a diario
se las tienen que ver con las zanjas que ha dejado a su paso la
empresa ACS. Pero también están provocando la ira de decenas de
vecinos cuyas propiedades han sido, literalmente, arrasadas. Las
palas excavadoras han destrozado, entre otras, la finca de un
conocido empresario de discotecas, donde han sido arrancados medio
centenar de pinos y sabinas, así como diversos arbustos, según
denunció a esta redacción.
La empresa responsable de las obras le avisó en octubre de que
la canalización de la interconexión transcurriría por parte de su
parcela, y se comprometió a que un técnico le detallaría en un
plano cómo afectaría a su terreno: «Y nunca más supe de ellos»,
señaló el propietario. En diciembre, a su regreso de Barcelona, no
daba crédito a sus ojos. La interconexión había arrasado 120 metros
de su finca: «Parece mentira que para meter unas tuberías de sólo
70 centímetros tuvieran que hacer una autopista y se cargaran todo
lo que se han cargado», indicó.
Entre lo que se habían llevado por delante figuraba buena parte
de la foresta que corría paralela a la carretera, así como una
pared seca. Además, el propietario se queja de que le han dejado la
finca hecha un asco, llena de montones de tierra y de restos de
ramas y troncos. Esta circunstancia se ha repetido en otras
propiedades, casos que, según ha sabido este periódico, han sido
denunciados ante el Consell y éste los ha remitido a la Conselleria
balear de Medi Ambient, que adjudicó esos trabajos a ACS.
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