E l de los bonsais es un mundo que no tiene nada que ver con la
jardinería. Nosotros hacemos vivir a un árbol, no fabricamos
plantas para hacer frente a una producción industrial». Así de
conciso y directo resumió Pepe Ribas Ribas la filosofía del arte
que practica y que, junto a José Ribas Costa, imparte por segunda
temporada consecutiva en un cursillo organizado por el Ayuntamiento
de Santa Eulària tres días a la semana. «Nuestros alumnos tienen la
obligación de diseñar al menos un árbol a lo largo del curso
partiendo de material de vivero», explicó Ribas Costa que ayer
realizó con su compañero una demostración de poda de ramas y raíces
y trasplante de bonsais en distintas etapas de su evolución.
Esta actividad, que comenzó a impartirse el 18 de enero y se
prolongará hasta finales de abril, cuenta con la participación de
16 personas distribuidas en dos grupos, según su grado de
conocimiento, que coinciden en la clase de los sábados por la
mañana. «Este día lo aprovechamos para hacer una serie de prácticas
de cuidado y mantenimiento que interesan igualmente a los dos
grupos», explicó Ribas Costa.
«Lo que buscamos en la poda de raíces y parte aérea es un
equilibrio para que el árbol esté sano. Los bonsais viven en una
maceta muy reducida en la que las raíces por sí solas no absorben
todos los nutrientes», señaló Ribas Costa. «Y para conseguir que
las raíces absorban los nutrientes utilizamos microrrizas, que son
unos hongos que conviven en simbiosis con los árboles y, mezclados
con la arcilla granulada especial para bonsais denominada akadama,
hacen que la tierra esté siempre ocupada y tenga alimento para el
árbol», añadió Pepe Ribas. Las microrrizas tienen un aspecto
granulado y similar al de una arena de tonos grises.
Ayer los alumnos vieron cómo se mezclaban con la arcilla sobre
la que se implantarían dos bonsais, uno más adulto y hecho que
otro, tras una sesión de poda de raíces y ramas. «Es importante que
el árbol tenga una maceta de un tamaño ajustado para que la tierra
esté siempre ocupada por las raíces», dijo Ribas Costa. Este
experto en el cuidado y creación de este arte botánico explicó que
la principal diferencia entre un árbol normal y un bonsai reside en
la dependencia de éste último: «Al bonsai el agua y los nutrientes
se los damos nosotros mientras que un árbol convencional busca por
sí mismo, a través del desarrollo de sus raíces la manera de
subsistir».
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