Los comerciantes han subido los precios más de la cuenta, según UGT y UCE.

La subida del 4,5 por ciento del Índice de Precios al Consumo (IPC) en Balears ha sido calificada como «dato nefasto» por algunas voces representativas de sindicatos, patronales y consumidores de Eivissa y Formentera. El presidente de la Pimeef, Antoni Marqués, considera que el dato «es malo» y que repercutirá de manera «muy negativa en los empresarios», que deberán actualizar los salarios de los trabajadores al IPC real; y en el turismo, dado que es más que probable que aumenten los precios de la oferta complementaria «cuando lo ideal sería que se contuviesen» para atraer a más turistas.

Para Marqués ha fallado el control del Gobierno central, dado que el euro ha entrado en muchos otros países «que han sabido controlar la inflación en torno a un 2 por ciento», que era la previsión del Gobierno central a principios de año. Además, Marqués considera que el euro «no es el verdadero culpable del incremento del IPC» y la verdad «es que ha habido grandes incrementos de los precios a lo largo del año».

Para el portavoz de la Unión de Consumidores de Eivissa, Carlos Salinas, la subida «era de esperas» dado que «la ciudadanía ha percibido los incrementos durante todo el año». La subida de precios, advierte Salinas, «no se corresponde para nada con los sueldos actuales ni con los intereses bancarios» y recuerda que los contratos de alquiler «van a subir más de lo que se esperaba». El portavoz de los consumidores cree que se van a notar subidas importantes este año, a causa del incremento de precios que sufrirá el transporte de mercancías.

Salinas no cree que el euro sea el culpable sino «la mala práctica de algunos comerciantes» y la «poca vigilancia de los precios por parte del Gobierno central». El portavoz recuerda que el Ejecutivo anunció la creación de laboratorios de seguimiento del euro, incluso locales, para evitar abusos pero que, finalmente, no se han puesto en marcha, «al menos no en Eivissa». Lo que sí se han registrado son grandes incrementos «en restauración y hostelería». El Gobierno «ha perdido las riendas de la inflación y quienes lo están pagando son los consumidores».