Embarcaciones varadas en la bahía de Portmany por las fuertes rachas producidas en los últimos días.

G.R/R.L
La pequeña tregua climatológica que se vivió ayer en las Pitiüses, no sirvió, en ningún momento, para normalizar el tráfico marítimo entre Formentera y Eivissa. Además, las predicciones hablan de una fuerte ola de frío que llegará mañana y se saldará con un brusco descenso de temperaturas.

La mar de fondo, producto del fuerte temporal de llebeig que sopló la víspera de Reyes y el mismo día de Reyes, dificultó la comunicación entre Formentera y Eivissa, y a ello se sumó el fuerte viento de poniente que en la madrugada de ayer aún alcanzó rachas de fuerza ocho de poniente, con roles a mestral (noroeste) o llebeig (sudoeste) que configuraron un panorama marítimo de fuertes olas, de corrientes persistentes y golpes de mar que dificultaron, un día más, la conexión entre islas.

Varias embarcaciones de recreo aparecieron ayer varadas en las costas pitiusas, especialmente en Sant Antoni, que fue donde más sufrió la bahía. Si el día de Reyes ningún ferry pudo cruzar es Freus para abastecer de mercancías la isla de Formentera, en el día de ayer, la situación se repitió ya que la mar de fondo, -mar arrancada en argot marinero- hacía prácticamente imposible que las embarcaciones dedicadas al transporte de mercancías pudieran cruzar es Freus sin grave riesgo.

Por la tarde, la tregua permitió que las embarcaciones de alta velocidad, cumplieran con los horarios previstos aunque desde las taquillas de Formentera se descartaba la posibilidad de que ni un sólo ferry cubriera el trayecto entre las islas. El oleaje no había menguado lo más mínimo y se esperaba que la pasada madrugada de nuevo el viento, rolando entre poniente y mestral, volviera a alcanzar fuerza 6 ó 7 en la escala de Beaufort lo cual podría suponer que hoy miércoles se repitieran las dificultades en la navegación marítima entre Formentera y Eivissa.