«La familia es como un piano: si una nota desafina, las demás se tienen que ajustar para bien o para mal». Con esta comparación la psicóloga Mercedes Corell, del Patronato de Salud Mental, explica cómo una familia normal se puede desestructurar a través de un problema. En el verano de 2001 surgió el programa de infancia y familia, que se encuentra dentro del centro de salud mental infantil y juvenil. A lo largo de este año, hasta noviembre, se han atendido 79 casos en los municipios de Eivissa (27 casos), Santa Eulària, Sant Antoni (10), Formentera (10), Sant Joan (3) y Sant Josep (7). Un educador familiar se encarga de ir a los domicilios.

El programa incluye casos de familias multiproblemáticas que son usuarios de otros servicios sociales. De esta manera, se trata de evitar la dispersión y unificar actuaciones. «Se diseña una intervención que la puede llevar el educador, el trabajador o el psicólogo», explicó Corell.

Dentro de este programa hay que destacar que hay cada vez más demanda de trastornos de conducta graves. El programa precisamente nace para abordar estos problemas desde que los niños tienen tres o cuatro años. Sin embargo, desde algunos municipios se priorizan más los casos de adolescentes. «Un trastorno de conducta de un niños de cuatro o cinco años no preocupa tanto que un adolescente de 14 años. Es una cuestión de fuerza física y miedo del adulto», relata Corell.

Los profesionales detectan, además, que los padres 'dimiten' de su papel de progenitor para evitar el conflicto con el hijo y eso desencadena finalmente en un trastorno de conducta. «El conflicto da mucho miedo. No está de moda poner límites y marcar pautas de conducta. Se supone que los padres debemos de ser juveniles democráticos y agradables, pero el conflicto es inevitable». No obstante, también hay casos de padres excesivamente severos, aunque no son los casos que más predominan. «Ahora tengo padres que son tan adolescentes como sus hijos», apostilla.

El programa de infancia y familia interviene también en casos de abusos sexuales y malos tratos físicos y psíquicos graves a menores que se abordan en la sede del Patronato de Salud Mental en Cas Serres.