Los colegios son uno de esos lugares en los que se respira de
manera sorprendente el más puro espíritu navideño. En las semanas
que preceden a la cita de Nochebuena los alumnos, especialmente los
de los cursos inferiores, comienzan con los preparativos propios de
estos festejos. Ensayar los villancicos o el belén viviente,
decorar las clases, escribir las cartas a los Reyes Magos o pedir
deseos para el nuevo año son algunas de las citas ineludibles de
los escolares de gran parte del mundo. Los colegios de las Pitiüses
no son menos y estos días han estado en pleno apogeo porque hoy es
el día en que finalizan las clases.
En el colegio de Puig d'en Valls hay tradiciones que se
mantienen desde hace casi dos décadas. Una de ellas es la costumbre
de visitar el Hospital Residencia de Cas Serres unos días antes de
la llegada de Papá Noel. Y es que no es habitual ver en el salón
principal de la residencia cómo se reúnen mayores y jóvenes, pero
ayer por la mañana esa estampa cobró vida. Los alumnos de 2º y 3º
habían preparado un breve repertorio de villancicos que cantaron
mientras eran dirigidos por su profesor de música.
Después, los trabajadores del centro se encargaron de repartir
los muchos regalos que habían conseguido reunir los niños.
Obsequios que también fueron repartidos en Cáritas, la residencia
Reina Sofía y el Convent de ses Monges Tancades. En el colegio Can
Bonet, de Sant Antoni, la Navidad también ha invadido las
instalaciones, y en este caso lo ha hecho de manera muy artesanal.
Los alumnos han preparado ellos mismos polvorones, turrón o
mazapanes.
Además, este año se ha incluido como novedad la preparación de
salsa de Nadal en una de las aulas a cargo de dos profesores. «Los
niños pueden verlo pero no prepararla ellos mismos porque es
peligroso, hay que utilizar fuego», explicó Antonia Cardona,
profesora de primer curso. Tras la reciente renovación de la junta
directiva en el centro, esta última celebración ha querido ser
especial. A partir de las 18,00 horas comenzaron a llegar los
padres y otros familiares para ver la actuación de los alumnos, que
encandilaron a los presentes con sus villancicos y playbacks. Lo
cierto es que los pasillos de este colegio, perteneciente al
Obispado de Eivissa, lucen estos días decoraciones muy originales
y, lo más importante, creadas por los propios niños.
S.Y.
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