D aban las 8,45 horas en los relojes cuando comenzó la ceremonia de
despedida del Ramadán, que tuvo lugar ayer en el polideportivo de
Santa Eulària, elegido por la comunidad musulmana de la isla para
celebrar el acto principal de sus 29 días de ayuno. Alrededor de
400 hombres y una veintena de mujeres, separados ellos de ellas,
acudieron ayer al polideportivo, que se convirtió en una
improvisada mezquita, para participar en la oración con la que se
puso final al las jornadas de reflexión y recogimiento que dicta el
Corán.
Mohamed Aajoud, imán de la mezquita de Eivissa, fue el encargado
de oficiar el acto religioso en el que platicó sobre el Corán en la
ceremonia de acción de gracias que precedió al desayuno de Ramadán,
una reunión con la que cada familia finaliza el ayuno. Tras la
oración colectiva Abdelhak Diki y los suyos regresaron a Eivissa
para degustar el almuerzo matutino más especial. Su casa en ses
Figueretes, congregó en su salón-comedor a una decena de comensales
en torno a la mesa para disfrutar del fin del ayuno con la
degustación de especialidades típicas de Marruecos.
«Estamos muy contentos de celebrar esta reunión familiar. Para
nosotros esto es algo similar a la Navidad o la Nochebuena
occidental. Es una de las dos únicas fiestas que se incluyen en
nuestro calendario. La otra es la del cordero que se celebrará en
el mes de febrero», explicaba Abdelhak mientras recibía a sus
cuñados y amigos en su casa junto a una humeante tetera con té
verde y menta y una gran variedad de dulces marroquíes elaborados
con sumo cuidado en las últimas jornadas por su esposa, Fátima
Mendil.
E.Estévez
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