El president del Govern, Francesc Antich, abogó ayer por impulsar
un pacto por la calidad turística en el que se impliquen los
empresarios, que capte nuevos segmentos de la demanda,
especialmente en temporada media y baja. Antich aprovechó su
discurso en el debate de política autonómica para defender la
ecotasa y proponer al sector turístico en general, a los
empresarios, a los sindicatos y a la ciudadanía a integrase en su
pacto de calidad turística.
«Comenzamos a padecer cierta falta de imagen del producto
turístico balear, con quejas motivadas esencialmente por la
masificación, el deterioro medioambiental y la calidad del
servicio», advirtió Antich, quien también aprovechó su intervención
para reclamar que Balears pueda tener su propia policía autonómica.
Para conseguir este fin, Antich pidió «el consenso de toda esta
Cámara» y aseguró que su propuesta «no tiene otro objetivo que
mejorar la eficacia en la lucha contra la inseguridad
ciudadana».
Durante su discurso, que se prolongó durante una hora y veinte
minutos, Antich dibujó un «proyecto de país» de cara al futuro en
el que sea posible el crecimiento, la modernización, la creación de
riqueza y, a la vez, el respeto al territorio, al medio ambiente y
al patrimonio cultural. Además, Antich quiere «un país que debe
hacer posible que el progreso económico vaya en paralelo al
progreso social». «Conducimos un cambio del modelo de crecimiento,
que es tanto como decir la formulación de un nuevo modelo de país.
Un modelo sostenible a escala humana y respetuoso con el medio
ambiente», subrayó. Para conseguir este objetivo, Antich advirtió
que «es necesario actuar y dejar de lado las coyunturas y la
presiones de los poderosos».
Durante su intervención, Francesc Antich advirtió que Balears
tendrá muy pronto un millón de habitantes. «¿Qué supone este
crecimiento poblacional, el más alto de toda España? Más
carreteras, más transporte público, más centros de salud, más
escuelas y más servicios sociales». «Este crecimiento de la
población no es fruto de la casualidad. Es la consecuencia lógica
de épocas de expansión desmesurada en sectores del turismo y la
construcción», advirtió.
El president del Govern también rechazó crear «puertas abiertas»
a la inmigración. «Es una competencia del Gobierno central, que
tiene la responsabilidad y la competencia. Pero, con papeles o sin
papeles, los inmigrantes son personas», razonó. Antich apuntó que
«basta con salir a la calle» para ver en qué trabajan los
inmigrantes. «Trabajan en el servicio doméstico de las familias con
más nivel de renta. Guardan a nuestros mayores. Trabajan como
peones para hacer nuestras casas», describió Antich, quien descartó
que la identidad de Balears esté amenazada por la inmigración.
«Cojamos el tema de la inmigración sin miedos irracionales y sin
demagogia», pidió.
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