La tolerancia, la forma de utilizar los espacios comunes los
vecinos o aprender a vivir en un edificio son algunas de las
demandas recogidas por los residentes de las viviendas de
protección oficial de Can Misses. Una convivencia que, en algunos
casos, no ha sido todo lo bueno que se esperaba.
La memoria del proyecto de ocupación de las viviendas del Ibavi
en Can Misses revela que «en las relaciones entre los vecinos ha
habido diversos problemas» debido sobre todo a las diferencias de
cultura. «En esta comunidad se encuentra una concentración de
familias que, por diferentes motivos, presentaban dificultades o
problemáticas sociales y si se suma el hecho de que hay personas de
diferentes culturas nos encontramos con problemas de convivencia y
de relación y el resultado es la intolerancia intercultural»,
recoge la memoria.
La intervención de Benestar Social va a ser de prevención de
riesgos, inserción y normalización, facilitando la adaptación de
las familias e individuos en el nuevo entorno social y comunitario
donde se ha ido trasladando y reduciendo los efectos de exclusión
social y económica, ya que muchas familias procedían de barrios
degradados. Durante los nueve meses que duró el proyecto, de marzo
a diciembre de 2001, se han atendido 21 casos que ha efectuado 54
demandas. De estos 21 casos, 14 eran nuevos.
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