El Ejecutivo balear expresó ayer su «indignación» y aseguró que
«estamos cansados de que nos tomen el pelo» el Gobierno, que ha
aprobado una partida de 50 millones de pesetas para hacer frente a
las pérdidas millonarias del temporal de agua y viento que azotó
Balears el pasado mes de noviembre. El portavoz del Govern balear,
Antoni Garcías, consideró ayer tras la reunión del Consell de
Govern que esta cantidad «tan ridícula» es «una calamidad». Frente
a esta partida que dará el Gobierno de José María Aznar, el
Ejecutivo de las islas aprobó tras el temporal una partida inicial
de 7.900 millones de pesetas con el fin de paliar los daños
causados por el temporal.
Según informó Garcías, el Boletín Oficial del Estado del 23 de
marzo regula las ayudas del Estado, por valor de 4'5 millones de
euros, a siete comunidades autónomas afectadas por el temporal del
pasado de noviembre. Por tanto, cada una de estas comunidades
recibirá unos 50 millones de pesetas para atender los daños
sufridos por las administraciones públicas de la Comunidad insular,
por lo que el Govern balear entendió que esta cifra «tan ridícula»
se trataba de «un error», pero finalmente el Ejecutivo central ha
ratificado tal cantidad.
Frente a estos 50 millones, recordó García, los desperfectos
sufridos por los consells insulars y ayuntamientos de las Islas se
sitúan en los 6.000 millones de pesetas, por lo que, al menos, el
Govern de las Islas confiaba en que el Estado aportaría ayudas por
valor de 2.000 millones de pesetas, una cantidad que deberá
afrontar el Ejecutivo balear. Por ello, el Ejecutivo de las Islas
ha decidido remitir una carta de protesta al vicepresidente del
Gobierno y ministro de Interior, Mariano Rajoy por este decreto
hecho «con alevosía y nocturnidad», por lo que la indignación de
las comunidades autónomas ha sido «mayúscula».
El temporal arremetió esta vez contra las playas del
levante
El último temporal que azotó a las islas se ensañó con las playas
del litoral del levante de la isla. Concretamente, las playas de la
zona de Santa Eulària fueron las más perjudicadas por las fuertes
rachas de viento, que alcanzaron los 80 km/h. Algunas playas ya
estaban severamente dañadas por los efectos del temporal de
noviembre, como el caso de la playa de s'Aigua Blanca. Todas ellas
perdieron de nuevo una importante cantidad de arena. Sin embargo,
los signos del paso del temporal se podían apreciar ayer a través
de la invasión de algas que el viento y el fuerte oleaje arrastró
hasta la orilla. Esto sucedió en todas ellas.
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