Cinco meses después del temporal que arrasó la costa de las
Pitiüses, la borrasca que llegó el jueves a las Islas ha vuelto a
provocar graves daños y pérdidas de arena en el litoral. Esta vez
la zona más dañada ha sido la del sureste de la isla de Eivissa. En
Cala Llonga, el viento arrastró gran cantidad de arena hacia el
paseo y la zona urbanizada y las olas llegaron a cubrir la práctica
totalidad del arenal. Pero esta no fue la única playa afectada.
El presidente de la Asociación de Concesionarios de la Zona
Marítimo Terrestre, César Jerez, comentaba ayer a Ultima
Hora Ibiza y Formentera que toda la zona costera de Santa
Eulària ha resultado afectada. «Todo lo que es Cala Nova, es
Figueral, Cala Llonga, s'Argamassa, Cala Martina y toda la parte
sureste de la costa ha resultado bastante dañada con olas de tres y
cuatro metros», señaló.
Los empresarios de concesiones de playas van a pedir a la
Demarcación de Costas que el barco arenero que, en principio, «sólo
va recuperar tres arenales» que actúe también «donde realmente hace
falta». Jerez espera que «haciendo algo de presión» consigan que se
actúe «en todas las playas tocadas». El presidente de la asociación
se mostró ayer cansado de que siempre «se llegue tarde» y recordó
que el problema de la pérdida de arena «está ahí desde noviembre».
Como portavoz del colectivo insistió en que «debería haber un
mantenimiento seguimiento anual del estado de la arena».
No era raro escuchar ayer comentarios del tipo: «menos mal que
no se habían regenerado las playas»; una apreciación que no
comparte en absoluto César Jerez. «Si se repone arena en cantidad
suficiente, un temporal no se la lleva», remarcó, añadiendo que una
regeneración bien hecha, con una cantidad notable de arena,
«garantiza el buen estado de una playa aunque haya temporales».
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