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P elucas multicolores y abultadas, camisas estampadas con flores, botas y zapatos de grandes proporciones, patillas pronunciadas, diademas de margaritas, pantalones de campana, trenzas a lo Pippi Langstrum, gafas de sol con patillas de molde, blusas ligeras... Una conjunción de elementos que aplicaron un intenso color a la fiesta «Flower Power» que por primera vez se organizaba en Sant Josep de sa Talaia la pasada noche del jueves. El certamen «Rock a s'Olivera» fue el pretexto que congregó a cientos de personas en el patio del Racó Verd para rememorar una de las manifestaciones que se repetían constantemente en la época dorada del movimiento hippy en la isla.

«Como las fiestas que se organizan en la temporada turística pero con la gente de aquí». Así definió a pie de pista Miquel Botja, organizador del evento. Y es que fiestas como la del jueves por la noche no suelen darse en invierno y pasan a ser los focos de atención de las discotecas para captar la presencia de un público VIP durante la temporada turística. El del jueves estaba compuesto por gente procedente de todos los puntos de la isla y extranjeros residentes. Una forma de impulsar a la vez un certamen, el «Rock a s'Olivera», que en ediciones anteriores sólo duraba una noche y que en 2002 se decidió hacer esta introducción «Flower Power».

La música no fue en directo; los grupos locales no tuvieron que afinar sus instrumentos, sólo comprobar que el equipo de música del Racó Verd estuviera en perfecto estado de revista, ya que ellos se convirtieron en improvisados dj. Sardi -técnico de Digue'm Moro-; Pato, Palau y Àlex -Can Raia Rocky Band-, Javi -Peter Colours- y el propio Miquel Botja , entre otros, se turnaron en los platos del equipo de música para encandilar al auditorio con los temas revival que sonaron desde las 22 horas hasta bien entrada la madrugada. Cada músico se decantó por sus temas preferidos, aunque no pudieron huir de los sempiternos «Born to be wild» de Steppenwolf; «Satisfaction», de Rolling Stones; «Light my fire», de The Doors o alguno de los clásicos de Simon & Garfunkel, como «The Sound of Silence» o «Mister Robinson». Temas que motivaron que los asistentes comenzaran a mover el esqueleto sin parar.

De fondo, el testigo mudo que se ha sido alimentado cada año con los sonidos de guitarras, bajos y baterías: la olivera del patio del Racó Verd. «No pensé que fuera a venir tanta gente, además muchos vienen disfrazados con los trajes propios de aquella época, es genial. A ver si lo repiten el año que viene porque es una antesala perfecta para los conciertos de mañana -por ayer-». Juan es un asiduo al «Rock a s'Olivera» que se mostraba así de encantado con la fiesta «Flower Power».

El certamen «Rock a s'Olivera» se cerró anoche con las actuaciones de Can Raia Rocky Band, Digue'm Moro, Peter Colours, Pota Lait... y espontáneos que se atrevieron a coger el micrófono. En esta ocasión el protagonismo lo tuvieron los instrumentos de los artistas locales que abandonaron una faceta poco común, la de pinchar música, para ofrecer sus respectivos repertorios. La música continuará esta noche con la actuación de Smoking Stones, imitadores de la mítica banda británica. El concierto estelar llegará el próximo martes, día grande de las fiestas de Sant Josep, con el vasco Kepa Junquera en la plaza de la Iglesia.