Los integrantes de la mesa redonda sobre la conflictividad en la
enseñanza secundaria, que cerró ayer el ciclo de «Escola entre
Pares» organizado por la Federación de Padres de Alumnos,
coincidieron ayer en la necesidad de atajar este problema desde una
perspectiva multidisciplinar y no ceñirlo exclusivamente a una sola
causa. «Es un error identificar inmigración con conflictividad. No
tiene nada que ver con la realidad», afirmó el concejal de
Bienestar Social de Eivissa, Santiago Pizarro.
El delegado d'Educació, Antoni Marí, explicó que la
conflictividad se caracteriza por la desmotivación del alumno, poco
respeto del profesor, bajo rendimiento y absentismo. A su juicio,
han de existir unas normas en cada centro. Aludió a la experiencia
piloto desarrollada para atajar la conflictividad, a través de la
implantación de los Proyectos de Intervención Educativa, que
permite a los centros disponer de más autonomía a través de una
autoorganización.
El poco interés de los padres en la enseñanza de sus hijos y la
falta de respeto son otras las cuestiones que se expusieron.
Pizarro aludió a «la deserción de gran cantidad de padres respecto
a las tareas educativas de sus hijos, la idea que se tiene es que
los temas educativos sólo dependen de los centros». El director del
instituto Xarc de Santa Eulária, Josep Mallol, lamentó que, en
ocasiones, los progenitores «desautorizan al equipo directivo»,
ante una falta cometida por sus hijos.
Mallol citó, además, otras causas que contribuyen a esta
conflictividad, como el propio sistema educativo que contempla la
incorporación de alumnos de primero de ESO, de 12 años, que han de
convivir con otros más mayores, y la masificación. También aludió a
la falta de planificación educativa. En opinión de Mallol, el
conflicto «es una manifestación de la falta de atención» y
consideró necesario dialogar más con los alumnos y que el
profesorado cuente con más información. Para el educador de la
Dirección de Menores, Iñaki Monge, la conflictividad «es un
elemento que no está presente sólo en los institutos sino en la
vida cotidiana». En su opinión, se ha de cambiar el esquema de la
enseñanza.
600 alumnos matriculados tras el inicio del
curso
Desde que se ha iniciado el curso escolar 2001-2002, la Conselleria
d'Educació ha escolarizado a 600 nuevos alumnos en las Pitiüses.
Esta matriculación extraordinaria, a estas fechas, es superior a la
recibida el año pasado. El director del Xarc consideró necesario
que se pongan las herramientas para integrar a estos alumnos
extracomunitarios. Pizarro incidió en este aspecto: «Hay que
facilitar todas las herramientas a los centros para que este
acogimiento se haga en las dos lenguas».
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