No se las puede tachar de ilegales. Sin embargo, las centenares de cartas que están llegando estos días a hogares de las Pitiüses en las que aseguran que el destinatario ha ganado un premio (unas 50.000 pesetas) tienen doble fondo. Carlos Salinas, portavoz de la Unión de Consumidores (UCE) en Eivissa y Formentera, asegura que para cobrar la cantidad que prometen (si es que la cobran realmente) el destinatario «debe comprometerse a acudir a una reunión en la que es aturdido con información comercial durante 90 largos minutos».

La letra pequeña de estas cartas es muy confusa pero se puede deducir que el premio no es en metálico, por lo que UCE sospecha que se puede tratar de un simple descuento si se compran productos por una elevada cantidad.

La asociación de consumidores cree que la falta de información sobre las verdaderas intenciones del escrito es razón suficiente para obviarlo por completo. «Es una pérdida de tiempo; hay que tirarlas a la basura», señala Salinas, que explica que este sistema no es nuevo. «Se trata de un variante de los típicos envíos que te dicen que hay una reunión en un hotel determinado de Eivissa, al que tienes que ir a una hora determinada y aguantar el chaparrón de datos sobre una propuesta de venta de un producto y, a cambio, te dan un regalo». El cambio que suponen estas cartas es que la reunión es privada, con un comercial.

«Este tipo de sistemas son de los más agresivos para introducir un producto en el mercado», advierte Salinas que pide a los consumidores que «activen sus mecanismos de defensa porque nadie regala nada».