La Nochevieja de 2001 será recordada por los ibicencos en particular y los europeos en general como la noche de los euros, que robaron protagonismo a la fiesta y diversión. La pasada madrugada los primeros billetes de la moneda única europea comenzaron a salir de los cajeros automáticos para sumarse a la que se convirtió, casi sin querer, en su propia fiesta. Muchos fueron los que apuraron las campanadas para acercarse al primer cajero automático y así poder tocar billetes vírgenes y comenzar la fiesta de bienvenida a 2002,que se prolongó hasta el amanecer en diferentes puntos de las Pitiüses. El pago en euros, aunque minoritario, fue el principal tema de conversación de la noche en la que la esperada moneda salió oficialmente a la calle.

En Eivissa el recinto ferial acogió la Fiesta de Fin de Año a la que asistieron más de 6.000 personas. Pasadas las 23'30 horas de la noche se abrieron las instalaciones del recinto, en el que la convocatoria para tomar las uvas de manera multitudinaria no tuvo una gran acogida a pesar de tener instaladas dos pantallas gigantes. Una vez hechos los brindis y emitidos los buenos deseos entre el respetable las orquestas Pato Daniel de Valencia y Camicie de Eivissa se encargaron de caldear el ambiente y poner en movimiento al numeroso público de todas las edades que se dio cita en la fiesta.

La hora punta de este evento, al que también acudieron algunas autoridades como el alcalde de Eivissa Xico Tarrés, que se mostró optimista con el nuevo año, el conseller d'Interior del Govern, Josep Maria Costa, o el conseller insular d'Industria, Josep Marí Ribas, se registró entre las 2'00 y las 3'00 de la mañana, dato que corroboró el personal de las barras y los guardarropas, que trabajaron a lo largo de toda la noche para atender las peticiones del público.

Además de la música y las copas, la fiesta del recinto ferial incluía un servicio de chocolatería dirigido por Miguel Àngel Miráñez y todo su equipo de colaboradores. Ellos fueron los encargados de poner punto y final a la velada pasadas las 5'00 horas sirviendo raciones de chocolate con churros gratis para más de 600 personas, entre los que figuraba todo un equipo de técnicos de luz y sonido, responsables de la buena marcha de toda la programación de la noche.

Además de Eivissa, otras localidades pitiusas recibieron el año con fiestas populares organizadas desde los distintos Ayuntamientos. En Formentera, la carpa instalada en la Plaza de Sant Francesc acogió una gran fiesta en la que, además de tomar las uvas, los vecinos bailaron al ritmo de la Orquesta Templo que convidó a bailar al respetable a lo largo de varias horas. En Sant Antoni el conjunto musical Valencia de Nit marcó los pasos de las primeras horas de 2002 en el Passeig de ses Fonts, donde se dieron cita cientos de personas a lo largo de toda la madrugada para recibir el año nuevo.

Un año más las calles de las distintas localidades pitiusas estuvieron desiertas a lo largo de la jornada de Año Nuevo. En esta ocasión, además de la resaca del cambio de calendario, las primeras impresiones con el euro fueron las culpables de esta desertización de nuestros núcleos urbanos. Hoy será cuando todos seremos conscientes del comienzo del nuevo año con doce meses por delante.