Para muchos profesionales la Nochevieja significa jornada de trabajo, y por lo general más abundante que en otras ocasiones. Este es el caso de los bomberos del Parque Insular que estaban de servicio en la primera madrugada de 2002.

Juanjo García, jefe del servicio, explicó que aunque ya estaba curtido de nocheviejas al pie del cañón «siempre se hecha de menos pasar estos momentos con la familia». García explicó que esta fecha suele estar acompañada de bastantes accidentes, «sobre todo con chimeneas, coches incendiados o servicios de protección de fuegos artificiales», algo que desgraciadamente sucedió con el incendio registrado en un almacén de vehículos en es Pratet.

Los bomberos, a pesar de estar de servicio, celebraron la llegada del año nuevo con una cena en su cuartelillo a base de mejillones al vapor, gambas y langostinos a la plancha y cordero lechal al horno.