La resaca festiva de Sant Esteve restó afluencia ayer por la tarde al paseo de Vara de Rey, que el día anterior acogió con éxito un espectáculo de ilusionismo. Con todo, los niños a los que se dirigía la convocatoria, a partir de 6 años, llegaron poco a poco al lugar, ya que a la hora marcada como inicio de las actividades (cinco de la tarde) había apenas veinte chavales.

Unos globos de diferentes colores y cinco animadoras sobre el escenario. Unas herramientas con las que comenzaron la gincana navideña sobre el escenario ubicado bajo la carpa municipal. La hora no era muy buena porque muchos padres trabajaban en ese momento y no fue hasta pasadas las seis cuando el público fue llenando el recinto. Por ello, hubo má participantes en el taller de maquillaje que se organizó al finalizar la primera actividad, cuando ya era de noche.

Los niños tendrán una nueva oportunidad de pasarlo bien esta mañana. A esa hora se convertirán en improvisados buscadores de tesoros por las calles de Dalt Vila.