Muchos mallorquines aprovecharon el Día de Navidad para jugar con la nieve caída. Foto: T.AYUGA.

Uno de los villancicos americanos más famosos habla de la «blanca Navidad», una idea que, generalmente, en Mallorca nos queda un poco lejana. Sin embargo, este año la ola de frío siberiano que nos visita desde hace días "con temperaturas mínimas bajo cero en zonas como Lluc (-7º), Alfàbia (-4º) y otros puntos de la Serra de Tramuntana y máximas que apenas sobrepasan los dos o tres grados" ha conseguido que las cumbres más altas de la Isla amanecieran ayer, día de Navidad, cubiertas de nieve.

Una ocasión que muchos niños quisieron aprovechar para pasar un día festivo diferente, en compañía de sus padres, que también regresaron a la infancia por un rato. Guerra de bolas, hacer un muñeco e intentar deslizarse por la nieve sobre improvisados trineos fueron algunas de las actividades que trataron de poner en práctica.

Pese al entusiasmo de los visitantes, el escaso volumen de la nieve echó por tierra algunos intentos, pero la jornada resultó inolvidable sencillamente porque Mallorca estaba nevada, el cielo era de un azul intenso y el frío atería manos, pies y nariz. O sea, que el día de Navidad en Mallorca resultó casi casi nórdica. Y todo sin salir de casa.