El «cara a cara» entre el portavoz del PP, José María González Ortea, y el president del Govern, Francesc Antich, fue una repetición del debate del estado de la Comunitat del año pasado. González Ortea volvió a reprochar a Antich que su Govern está paralizado, que no está coordinado y que no actúa, mientras el president recordó que las cosas aún se hacían peor cuando gobernaba el PP.

Durante su primera intervención, González Ortea afirmó que las diferencias ideológicas entre los distintos socios del Govern «son abismales y, por ello, se vieron obligados a elaborar un documento, lo que llaman 'programa del pacto', hecho deprisa y corriendo». «Es un gobierno sin cohesión, desmembrado e incomunicado. Es evidente que los grandes proyectos capaces de hacer avanzar a la sociedad no pueden elaborarse en semejantes condiciones», reprochó el portavoz popular.

González Ortea, que fue el último en intervenir, dijo que Balears no ha mejorado en los dos años y medio de gobierno de izquierda. El portavoz del PP citó el impuesto turístico, y recordó que su gestación «se convirtió en un calvario para el gobierno, que elaboró una ley que dejaba la ecotasa en una caricatura». «Ahora resulta que la ley es de dudosa constitucionalidad y, además, el gobierno de la Comunitat anuncia a los hoteleros que la va a suspender y a los sindicatos que no», insistió.

González Ortea calificó de «disparate» la política medio ambiental del Govern, de «irresponsabilidad» la Ley del Comerç, y en materia de ordenación del territorio González Ortea cuestionó que «se nos hayan dictado varias moratorias urbanísticas inconexas y hemos asistido a una carrera para ver quién, de entre todos los partidos del Pacte, aparecía ante los ojos de la opinión pública como el más proteccionista».«Y qué decir del mundo del turismo!», exclamó Ortea cuando analizó la política turística del Govern. Para el portavoz popular, «jugar con el turismo es jugar con nuestra comida y la de nuestros hijos».