Los supermercados han empezado a retirar el aceite de orujo de sus estanterías siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Sanidad. En varios establecimientos comerciales de las Pitiüses no se encontró ayer este producto. La Conselleria de Sanitat del Govern ordenó la inmovilización del aceite de orujo tras recibir la comunicación del Ministerio de Sanidad, ya que se ha detectado la presencia de sustancias (hidrocarburos aromáticos, como benzopireno) que podrían resultar peligrosos para el consumo humano ya que pueden ser cancerígenos.

Las autoridades sanitarias resaltaron que hay que distinguir el aceite de orujo con el aceite de oliva o el virgen de oliva que no tienen ningún problema. Los productos inmovilizados son los que se comercializan bajo el nombre de «aceite de orujo refinado y de oliva» y «aceite de orujo de oliva». Sanidad recomienda que no se consuman este tipo de aceites mientras no se cuente con los análisis que confirmen que no presenta riesgos para las personas.

La decisión del Ministerio de Sanidad de retirar del mercado el aceite de oliva ha generado polémica en el sector. Las asociaciones de consumidores apoyaron ayer la decisión adoptada por Sanidad y Consumo al ordenar la inmovilización y retirada de todas las partidas de aceite de orujo de oliva y prohibir su consumo. Sin embargo, la mesa del sector de aceite criticó la actuación «unilateral» de Sanidad y reclaman una normativa que determine la cantidad de benzopireno que pueden contener los alimentos.

Los representantes del sector insistieron en que el benzopireno es un residuo, resultado del proceso de elaboración del aceite de orujo y no una sustancia añadida de forma voluntaria por el fabricante. Añadieron que esta sustancia está presente en el agua, en el aire y en muchos alimentos. En este sentido, denunciaron que no existe ninguna regulación ni española ni europea que defina el límite máximo admisible de este residuo en los productos alimentarios.