La ONG Amnistía Internacional (AI) desarrolla desde principios de semana una serie de actividades lúdicas en los cinco centros -l'Urgell, Can Cantó, Blanca Dona, Vara de Rey y es Vedrà- que participaron en el programa «Vivim Plegats» para inculcar en los escolares la importancia del respeto por los Derechos Humanos. La tarea la acomete el grupo local de AI con la colaboración de Maite Ponce, del área de Educación de la agrupación en el ámbito estatal. El turno ayer fue para el centro Can Cantó, cuyos alumnos participaron en los juegos propuestos por esta especialista en el apartado de Derechos Humanos.

«Son talleres infantiles para que los pequeños reflexionen acerca de cómo se torturan a diario por una ausencia de conocimiento, por falta colaboración entre ellos», explica Maite Ponce. En uno de los juegos los escolares se colocaban una etiqueta con un adjetivo en la frente. Cada uno sólo podía mirar el calificativo de su compañero, y tratarle como tal. Así, el que era egoísta sus compañeros le trataban como si lo fuera de verdad. «Con la cinta de prejuicios los pequeños reflexionan después de haber sufrido el trato despectivo de sus compañeros, por si les gustaría recibirlo a diario». Otro taller se centraba en un hipotético viaje que emprendían al espacio y tenían que ir soltando el lastre de las cosas que para ellos eran fundamentales para sobrevivir. «Es lo mismo que decidir cuáles son los Derechos Fundamentales».