Hay muchas culturas diferentes en nuestro centro, y las hemos de respetar como ellos respetan la nuestra». Este es uno de los tres puntos que resumían las intenciones del colegio Blanca Dona al celebrar los talleres interculturales del programa 'Vivim plegats'. Al centro le correspondía durante tres días -lunes, martes y miércoles- tomar el testigo solidario y mostrar su capacidad de integración. La última jornada estuvo marcada por un almuerzo con productos de los cinco continentes y la música del grupo marroquí Gnawa Musica, que venía de actuar en el certamen 'Eivissa Medieval'.

Mientras los escolares ultimaban los detalles de los talleres y exposiciones que habían preparado desde el lunes, sus profesores terminaban de colocar los platos con los productos gastronómicos de países de todo el globo. Muchos de los alimentos expuestos habían sido ideados por las familias de los propios alumnos, debido a que en el colegio Blanca Dona el alumnado es de procedencia dispar. Precisamente este hecho ayudó a que el 'Vivim plegats' se viviera con un sentido del compromiso hacia la causa muy desarrollado.

El aula de 6ºA se había convertido en un genuino salón de té árabe, donde una niña de nacionalidad marroquí leía a sus compañeros en su lengua materna. En otro aula, los pupitres que normalmente cobijan libros ayer se emplearon para disponer sobre ellos objetos típicos de los cinco continentes. Dos ejemplos de cómo los escolares entienden la interculturalidad puestos ante los ojos de los adultos.

A las doce del mediodía llegó el momento de saborear las delicias gastronómicas. En el vestíbulo del colegio se formó una larga cola de escolares, que guiados por sus monitores escogieron los productos que más les sedujeron. Para finalizar los actos, el grupo marroquí Gnawa Music trasladó la atención de los pequeños al patio del colegio, donde ofrecieron un espectáculo de danza.