El agua tratada de la estación depuradora de Eivissa será vertida
durante dos días consecutivos en el torrente del camino viejo de
Jesús, que en su tramo final corre paralelo al edificio Brisol.
Según explicó el director territorial del Instituto Balear de
Saneamiento (Ibasan), Ramon Mayol, esta medida es necesaria para
poder intervenir en una parte de la instalación que ha quedado
obsoleta.
Este «vertido controlado», en palabras de Mayol, se realizará
durante los próximos días, en cuanto la empresa Puig Barreda
concluya los trabajos de acondicionamiento que efectúa en el
torrente del camino viejo de Jesús. Previamente, Mayol se reunirá
con el concejal de Obras, Antoni Roldán, y con el administrador del
edificio Brisol para explicarles los pormenores de las obras.
El agua será vertida al torrente para poder reparar el emisario
convencional, que se encuentra en un lamentable estado. Mayol
confía en que ese agua -que no será incolora, inodora ni insípida-
no sea nauseabunda, si bien advierte de que eso dependerá del
contenido del líquido elemento que llegue a la depuradora, de su
salinidad y de otros numerosos factores.
Los vecinos del barrio ya están acostumbrados a soportar a
diario, desde la primavera y hasta el final del otoño, el fuerte
hedor que desprende esa estación depuradora, a pesar de que en ella
se han invertido -hace sólo tres meses- 1.200 millones en mejoras,
justo el doble de lo que costó construirla. La paciencia de los
vecinos parece haber llegado a su fin, ya que han comenzado a
recoger firmas y a buscar asesoramiento jurídico.
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