La llegada masiva de inmigrantes a Eivissa no ha pasado
desapercibida por Cáritas. Durante el año pasado, la institución
diocesana atendió a 369 personas, 326 procedentes de Sudamérica,
que recurrieron a la institución para buscar empleo, viviendas en
alquiler, ayudas para alimentos o asesoramiento jurídico. Respecto
a su situación legal, 181 no disponían de ningún permiso, 138
contaban con un visado de turista, 6 disfrutaban de un permiso de
residencia y sólo 22 tenían un permiso de trabajo. La trabajadora
social de Cáritas ha detectado que 354 casos pidieron una ayuda
para cubrir las necesidades básicas: ropa, alimentos y vivienda.
Durante la exposición de la memoria del 2000, ésta expuso las
dificultades con las que se encuentra este colectivo para encontrar
una casa: «Es casi más difícil encontrar una vivienda que un
trabajo», subrayó.
El flujo de inmigrantes también se ha detectado en otros de los
servicios que presta la institución, como es el proyecto del
comedor social, que ha duplicado el número de personas atendidas,
la mayoría de ellas sin la documentación necesaria para trabajar.
Durante el 2000, «el comedor ha elevado el número de personas
atendidas con un reparto de 3.888 comidas», subraya el director de
Cáritas, Jaime Navas, en la memoria de actividades del año pasado,
que presentó ayer en la residencia Reina Sofía, ante la presencia
de los socios, simpatizantes y dos concejales de Eivissa: el
responsable de Bienestar Social, Santiago Pizarro, y el de Obras,
Antoni Roldán. El total de beneficiarios del comedor ha sido de
278, de los que 70 son residentes; 126, transeúntes y 82,
inmigrantes.
Respecto a la atención de transeúntes, Cáritas ha prestado ayuda
a 126 personas, 92 hombres y 34 mujeres, en situación de
marginación o exclusión social y que, además, padecen algún
problema psicosocial. Los «sin techo» presentan un estereotipo
similar: un entorno familiar desestructurado, falta de vivienda,
trabajo y consumo de drogas o alcohol. Durante el año pasado, se
han realizado 427 intervenciones.
Otra de las actuaciones de Cáritas, centrada en la atención a
niños y a adolescentes, es el proyecto Betania dirigido a menores
procedentes de familias desfavorecidas socialmente. 180 niños, el
50 por ciento procedente de Cas Serres, se han beneficiado de este
proyecto. En la memoria también se alude al trabajo realizado en el
centro de menores «Bisbe Huix», un servicio que prestaba Cáritas
desde hace seis años, pero que este año el Consell decidió
encomendar a otro.
La imagen real de la sociedad y más ayuda
económica
Llevar a la sociedad ibicenca una imagen real de los problemas de
mucha gente en la isla y en el Tercer Mundo y la necesidad de una
ayuda económica son algunos de los objetivos de Cáritas. El
director de la entidad, Jaime Navas, subraya en la memoria el
aumento del personal voluntariado, que ha pasado de 74 a 99
voluntarios. Además, recoge otros proyectos de futuro, como es el
establecimiento de las Cáritas parroquiales y la creación de un
nuevo almacén. El número de socios es de 220. En la asamblea de
anteayer, durante el turno de ruegos y preguntas, algunos socios de
Cáritas defendieron la necesidad de ir aumentando las colectas,
pese a su crecimiento en un 17 por ciento, ya que los fondos
propios siguen siendo insuficientes y la institución dioesana va
creciendo en gastos de manera progresiva.
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