Una experiencia llevada a cabo en la provincia italiana de Reggio Emilia, cuyo punto de partida es la imagen que los propios pedagogos tienen de su aprendizaje como niños, centra «L'Arte de l'expressió», dentro del marco de las II Jornades d Educació Infantil que ayer y hoy se celebran en la Casa del Mar de Formentera. Montse Riu y Glòria Cases, del ICE de Girona, son las dos ponentes que ayer tarde y esta mañana imparten sendas charlas enmarcadas dentro de las II Jornades d Educació Infantil organizadas por el STEI y el Consell Insular d Eivissa i Formentera.

Montse Riu explicó ayer que «a partir de nuestra experiencia dentro del mundo 0-3 años, en el que tanto Glòria como yo llevamos veinte años trabajando -dijo Riu-, y sin ser especialistas en plástica sino en alumnos comprendidos entre los 0 y los 3 años, que tiene un tipo de enseñanza tan global, que queremos defender que el aprendizaje de estos alumnos no puede ser fraccionado sino global».

Una de las partes importantes de las charlas se centra en una pequeña introducción e historia de cuatro pedagogos importantes, sobre la imagen que ellos mismos tuvieron del aprendizaje cuando eran niños y posteriormente se pasa a comentar y documentar una experiencia realizada en Reggio Emilia, Italia, que «nos ha marcado mucho -dijo Montse Riu-, por la manera en que han concebido el trabajo y a partir de su experiencia les tomamos prestada la idea que ellos tienen de niños, escuela y adultos». Según Riu y Cases, esta manera de concebir el trabajo influye posteriormente y de forma decisiva en la manera de presentar las cosas a los niños de manera que el aprendizaje sea más completo.

Otro aspecto importante es «la visualización del lenguaje y la manera en que entendemos debe plasmarse, haciendo hincapié en la creatividad -señaló Montse Riu-, a cuyo efecto se presentará una maleta que ofrece un gran abanico de posibilidades que se pueden presentar y ofrecer a los niños para que ellos lleven a cabo sus propios descubrimientos». Asimismo, en las jornadas se trata el papel del educador «en función de la imagen que él mismo tiene de los niños y de la manera en que debe dirigirse a los niños para que éstos puedan aprender de forma efectiva», señaló Riu, que remarcó que a través de la experiencia de Reggio Emilia se comprueba la «gran importancia de la observación y la documentación de los procesos de aprendizaje».