Los vecinos desalojados de las ocho viviendas y tres locales
comerciales del edificio que resultó dañado por el derrumbe del
bloque de Viajes Barceló, hace exactamente tres meses, manifestaron
ayer a través de un portavoz que «el malestar inicial por la falta
de respuestas se está convirtiendo en auténtica desesperación».
El colectivo denuncia que «el Ayuntamiento de Eivissa prometió
que el informe sobre el estado de las viviendas estaría a las tres
semanas del desplome y, sin embargo, seguimos esperando tres meses
después». Los afectados aseguran que se reunirán en breve con el
Ayuntamiento, que va a retomar los contactos con Barceló. «Si tras
este encuentro no hay respuestas satisfactorias habrá que tomar
medidas», señaló el portavoz, que añadió que no pueden seguir sin
saber si van a derruir sus casas o si pueden ser rehabilitadas.
Por el momento el edificio sigue precintado, con la mayor parte
de los muebles y otros enseres dentro. Los vecinos aseguran que
siguen pagando las cuotas fijas de las facturas del agua y de la
luz. Los vecinos desalojados «sólo exigen que se cumpla la promesa
de emitir el informe», señaló el portavoz «porque no se puede
soportar este estado de precariedad y de incertidumbre, sin saber
si deben pensar en comprar otra casa o en alquilar de manera
temporal».
El trabajo de los abogados de este colectivo continúa en el
juzgado, reuniendo pruebas para el caso. Sin embargo, recuerdan que
el informe sobre el estado de este edificio «es la clave» para
saber por dónde deben encaminar sus pasos en el futuro.
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