Los criterios para elegir al sucesor al frente de una empresa familiar no deben ser nunca sentimentales, estar regidos por favoritismos o guiados por el interés de proteger al miembro más débil de la unidad familiar. Así lo expuso ayer Fernando Casado, doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona y director del Instituto de la Empresa Familiar, ante un auditorio compuesto por empresarios de Eivissa y Formentera.

Durante la charla, organizada por la Associació Balear de l'Empresa Familiar, Casado recalcó que «la objetividad al seleccionar al sucesor es la clave» y aconsejó a los empresarios ir definiendo, entre sus opciones, «quién es el líder que responde a las necesidades de la empresa». Además, el experto matizó que hay cambiar la idea de que el fundador debe decidir sin consultar, ya que el sucesor no podrá seguir este sistema al tener que compartir determinaciones con sus hermanos. El doctor aconsejó establecer un «área de transición generacional» para facilitar el proceso. El 90 por ciento de las empresas pitiusas son familiares y, a pesar de que son bastante recientes, ya se están llevando a cabo las primeras sucesiones.