Ni un autoclave ni el transporte de los materiales específicos de riesgo (MER) congelados hasta Mallorca. Ahora, los responsables de la Conselleria de Medi Ambient del Govern balear han cambiado de opinión y se plantean construir un horno incinerador en Eivissa para deshacerse de los cadáveres de animales muertos y de los restos que puedan resultar peligrosos. La propuesta de cambiar el autoclave por el horno partió de la Conselleria Insular d'Agricultura pitiusa. Según explicó su titular, Vicent Tur, el autoclave no es una buena solución porque generaría otro tipo de restos que también habría que eliminar.

De momento, se ha encargado a una empresa la redacción de un estudio sobre los costes y dimensiones que debería tener el incinerador. En cualquier caso, y según apuntó el conseller, no será de grandes dimensiones, debido, sobre todo, a su elevado precio y coste de mantenimiento. En caso de que los responsables políticos se decidan por esta solución, la instalación se ubicará en el actual vertedero de ca na Putxa, en Roca Llisa.

Vicent Tur recordó que el problema de la eliminación de los MER «es menor», debido a que se sacrifican pocos animales. Ese material se puede transportar fácilmente desde la isla hasta la Península o Mallorca para ser incinerado. El verdadero problema reside en la eliminación de los animales muertos en las granjas: «En primer lugar -indicó-, probablemente se prohibirá próximamente enterrarlos. Además, esa no es una solución buena, ya que si los análisis dan positivo, habría que desenterrarlos. Lo eficaz es un horno tanto para MER como para cadáveres».