Como estaba previsto, la tercera edición de la Fira d'Alimentació se inauguró ayer a las 18'00 horas con un marcado sabor autóctono. La superficie del recinto ferial ofreció un aspecto configurado por los colores propios de la gastronomía balear, en la que los productos de las Pitiüses también lucieron en los 69 stands que componen la muestra. El vicepresidente del Consell Insular d'Eivissa i Formentera, Vicent Tur, y la directora general d'Agricultura del Govern balear, Margalida Esterlich, hicieron los honores e inauguraron la feria entre el sonido de las notas folklóricas marcadas por el grupo de ball pagès de Eivissa.
El sonido de las castanyoles acompañó a la representación oficial a lo largo del recorrido por los stands de la feria, que acogen la presencia de 130 firmas comerciales. El espectro gastronómico que se presentó, y que quedará expuesto hasta el domingo para el quiera visitarlo -la entrada el domingo será gratuita y mañana y pasado costará 500 pesetas si no se tiene invitación-, abarcó los licores típicos de la tierra como son las hierbas, los postres más destacados -flaó, bunyols y orelletes-, embutidos -sobrasada, butifarrón, quesos-, helados y vinos -de Binissalem, Sant Antoni o Sant Mateu-, entre otras viandas.
En el stand del Govern balear se dispusieron en formato muestrario todos los productos que promociona la institución y que proceden de todas las islas de la región. La comitiva oficial se detuvo en este lugar, que sirvió para finalizar un trayecto que se prolongó por espacio de una hora. En las inmediaciones de este punto del recinto, la colla de ball pagès se detuvo para ofrecer a los asistentes un nuevo número folklórico. Al finalizar el mismo, los productos expuesto pudieron ser degustados. Era una forma de acercar aún más el sabor, el olor y el colorido de la gastronomía balear.
«Destaca en esta edición la presencia de productos de las Pitiüses, que poco a poco van ganando en presentación y en condiciones para ser comercializados. Esta apuesta por la calidad permitirá un futuro más seguro para los productos de nuestras islas», apuntó Vicent Tur. Y es que esta feria ha aumentado en número de expositores y en superficie respecto a su segunda edición. Los visitantes pueden conocer de cerca la presentación y la calidad adquirida por los productos de la tierra así como compararlos con lo que hacen en otros puntos del archipiélago. Cuando se clausure el domingo, hasta 2003 la Fira d'Alimentació no regresará al recinto ferial, debido a su carácter bianual.
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