La comunidad de valencianos residentes en Eivissa, concretamente los de Sant Antoni, están de fiesta para celebrar sus fallas particulares. A última hora de la tarde de ayer los miembros de 'La Nostra Falla', integrada en la Asociació Cultural Valenciana, 'plantaba' la falla y la falla infantil en los descampados de Ses Variades, lugar elegido para proceder a desarrollar toda una serie de actividades festivas que se prolongarán hasta la madrugada del próximo lunes, con la cremà de ambos monumentos de cartón y madera.

Una treintena de falleros participaron en las labores de colocación de ambas fallas confeccionadas por los escultores Julio Bauzá y Pedro Hormigo, quienes se han encargado en los últimos meses de dar forma y ejecutar el boceto y diseño elegido y pintado por los miembros de 'La Nostra Falla'.

En esta segunda falla ibicenca los socios de la entidad eligieron un diseño arriesgado y muy elegante: nada más y nada menos que el gran Miquelet, la torre árabe independiente de la catedral de Valencia «que se situó mirando a la Meca y que ha sufrido una serie de transformaciones a lo largo de los siglos como la de los mudéjares y la del Rey Jaume , que la cristianizó añadiéndole un campanario», comentó un miembro de la agrupación.

Bauzá y Hormigo, que ayer ultimaban los preparativos de este costoso y efímero monumento, desvelaron sus dimensiones: trece metros de alto, cinco metros de ancho y una tonelada de peso que arderán el próximo domingo, momento cumbre de estas fiestas. En esta ocasión los ninots que acompañan al Miquelet se reparten en cuatro escenas alusivas a temas de actualidad tratados con un toque satírico. «Es una crítica simpática e irónica en la que no pretendemos dañar a nadie y con la que queremos que cada cual interprete lo que le parezca», señalaron los miembros de la Asociació.