Curiosidad, ver qué nos indican desde fuera, la evolución de las matemáticas desde el punto de vista de unos profesores universitarios que supongo que han estado presentes en las ponencias que se organizaron el año pasado con motivo del Año Mundial de las Matemáticas». Así expresó el sentido de su presencia en las jornadas «Ayer y Hoy en las Matemáticas» que acoge la sede central de la UNED en Eivissa Santiago, profesor del colegio Blanca Dona. Tanto él como el resto de cursillistas van a conocer en tres jornadas -incluida la de ayer, otra que se celebrará mañana en Palma y el 31 en Maó- los grandes desafíos de la matemática para el nuevo siglo.

En Eivissa se presentaron ayer dos de los tres bloques de los que se componen el seminario, los que se centran en la historia de las disciplinas matemáticas y en la enseñanza de esta ciencia en los sistemas educativos. Los puntos de vista del catedrático Luis Rodríguez Marín y del profesor de universidad Juan Perán a este respecto se siguieron a través de videoconferencia en las otras dos sedes del curso en Mallorca y Menorca.

La exactitud que caracteriza a las matemáticas no es obstáculo para que evolucionen. En este aspecto coincidieron alumnos y profesores. «La evolución es evidente, sobre todo por la aportación de las nuevas tecnologías, que han permitido cambiar los patrones de la enseñanza; ya no se enseña a base de torres de quebrados, hoy nos apoyamos en métodos mucho más aplicados a la sociedad», apuntó el maestro -alumno ayer- procedente de Blanca Dona. Por su parte, uno de los ponentes, Luis Rodríguez, completó la afirmación de su colega señalando que «toda ciencia siempre está en evolución, partiendo de unos conocimientos iniciales se abre camino y se desarrolla como cualquier otra. Eso sí, las matemáticas han evolucionado en interacción con las demás ciencias, no por sí mismas. Tiene una vertiente que sirve de lenguaje y modelo de otras ciencias».

Para los expertos que expusieron ayer sus conferencias, no hay gente que sirva estrictamente para las ciencias y otros para las letras porque ambas caras conviven de muchos elementos. La estructura lingüística de las lenguas está asimilada a los modelos matemáticos. Y el latín, por ejemplo, es igual de necesario que la exactitud de las matemáticas por su calidad de lengua materna. «Y las matemáticas han tomado muchos vocablos para expresarse de la lengua latina», matizó el profesor Juan Perán.