«En la segunda mitad del siglo XIX comenzaron a aparecer en Eivissa familias encuadradas en el sector burgués de la sociedad que reclamaban centros de educación a los que poder llevar a sus hijos hasta que en 1864 se creó el centro de Segunda Enseñanza Santa María bajo el auspicio de la Diputación Provincial en el edificio de los padres dominicos que se ubica junto al Ayuntamiento». Esta es la sentencia que da sentido a la tesis que presentó ayer ante los medios de comunicación la doctora ibicenca en Ciencias de la Educación por la Universitat de les Illes Balears, Neus García Ferrer. La Academia Can Cifre acogió un acto que apoyó Antoni Cardona, editor de la obra «Historia de la educación en la Ibiza contemporánea» de la citada autora.

Neus Ferrer efectúa un repaso detallado de los acontecimientos sociales que trazaron las bases de la educación en la isla en un momento histórico marcado por la falta de personal docente propio y por el papel preponderante que jugaba la Iglesia en la enseñanza. Los profesores que impartían clases procedían de Mallorca o Cataluña, todos eran muy prestigiosos y cobraban salarios muy altos para el tiempo que repasa la autora -podían ganar por curso hasta 2.350 pesetas-.

Por aquel entonces los chicos y las chicas no se juntaban aunque, como señala Neus García, se «producían contradicciones, ya que para acceder a los recintos escolares ambos sexos lo hacían por una misma puerta, como es el caso de la escuela de Enseñanza Secundaria de Eivissa». Y es que hasta 1926 las escuelas no se instalaron en edificios propios, siempre aprovecharon dependencias de otras instituciones. En ese año se creó la Escuela Rural de Sant Carles.

A finales el XIX no se prohibía expresamente enseñar en catalán porque se daba por hecho. El gerundense «Ramón Bordás a buen seguro que lo hizo, y de sus discípulos salió una cantera de excelentes escritores en catalán», señaló la autora.