El presidente del Govern, Francesc Antich, anunció ayer un
principio de acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente por el
cual el gabinete que dirige Jaume Matas va a invertir 33.700
millones en Balears. «Sólo falta poner día y hora para firmarlo»,
anunció Antich.
El protocolo de intenciones que firmarán Antich y Matas, siempre
que no haya un desencuentro en el último momento, prevé la
construcción de una desaladora en Alcúdia y la ampliación de la
planta de Formentera. Por el contrario, no se construirán las
desaladoras de Santa Eulària, Ciutadella y tampoco se ampliará la
de Palma.
«El suministro de agua está asegurado para este verano»,
prometió el presidente balear, quien cree que Jaume Matas «ha
abierto los ojos de tanto viajar por España y ya no considera
necesaria la construcción de tantas desaladoras», en referencia a
un artículo de opinión publicado ayer en al prensa nacional donde
el ministro admite que desalar implica un consumo importante de
energía.
El protocolo de intenciones incluirá la ampliación de la
desaladora de Formentera (1.100 millones). Según Antich, el
gabinete de Matas se ha comprometido a financiar la conexión de las
desaladoras de Eivissa y Sant Antoni para evitar así la
construcción de una planta en Santa Eulària. El protocolo de
intenciones consensuado, después deberá ser desarrollado por
numerosos convenios. El mandatario balear insistió en que las
desaladoras -el punto conflictivo de esta negociación que dura ya
más de un año- suponen un elevado coste económico, pero, sobre
todo, un problema medioambiental «muy importante».
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