El proyecto de paseo marítimo entre Sant Antoni y Cala Gració
diseñado por la Dirección General de Costas ha movilizado a tres
centenares de vecinos contrarios a su realización. En una carta
remitida a los medios de comunicación y firmada por todos los
afectados, hacen hincapié en los problemas que se pueden derivar de
la construcción de ese vial, semejantes a los que se padecen en el
paseo marítimo de la bahía, donde abundan los locales nocturnos
como si se tratase del West End.
Por ejemplo, advierten de que ya han comenzado a aparecer
notificaciones en la prensa relativas a la construcción de nuevos
locales en la zona de es Caló des Moro, sobre todo para instalar
cafés concierto «con aforos para más de 300 personas». Además,
«parece que algunos locales comerciales antiguos de la zona también
están cambiando de manos y se rumorea que los nuevos dueños o
arrendatarios están intentando convertir estos locales en bares
musicales», se indica en la carta. Los vecinos consideran que el
paseo «atraerá tanto a los artistas locales de las pintadas y a los
gamberros como a un turismo de baja calidad».
Este temor ya fue expresado hace cuatro meses por los concejales
de la oposición cuando se trató en pleno este asunto. Ante las
dudas que ofrecía el proyecto, los ediles de Democràcia Pitiüsa
(DP) y Pacte sacaron adelante una moción en la que se pedía a la
Dirección de Costas que paralizase durante seis meses la
tramitación del proyecto. El concejal de DP Vicent Marí Prats
recalcó en ese pleno su miedo a que el nuevo paseo tuviera los
mismos defectos que el actual, especialmente a que en los aledaños
surgiesen decenas de nuevos locales nocturnos. Ese mismo temor lo
comparte el Pacte, cuyo portavoz, Joan Marí Serra, recordó los
problemas de seguridad existentes en el actual paseo durante el
verano.
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