El 20 por ciento de los paros cardíacos se produce en el hospital y el 80 por ciento sobreviene en los bares, las playas y los domicilios. Ante esta situación, el coordinador autonómico del Plan Nacional de Reanimación Cardiaca, el médico intensivista de Son Dureta de Palma, Javier Valle Herraez, explicó ayer que hay que «conseguir que se manejen bien los paros cardíacos que se producen fuera del hospital, es importante que mucha gente sepa hacer las normas básicas de reanimación y conseguir que la asistencia avanzada llegue lo antes posible». El primer paso que se ha de seguir es ponerse en contacto con el servicio de emergencias 061.

Atendiendo las normas básicas, los médicos calculan que se puede salvar el 25 por ciento de las personas fallecidas a consecuencia de un paro. La actuación de los profesionales sanitarios ante un paro cardíaco centró ayer la actividad formativa que se desarrolla en el Can Misses. El hospital acoge el II Curso de Soporte Vital Avanzado de la Sociedad Balear de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias, dirigido a una treintena de profesionales sanitarios relacionados con la emergencia médica.

La directora del curso y coordinadora de la Unidad de Cuidados Intensivos de Can Misses, la doctora Paz Merino, no descarta divulgar estos cursos de asistencia básica a la población general, tal y como se ha realizado en Palma. El doctor Valle subraya «que lo más frecuente es que los paros ocurran en los domicilios de las personas con su familia y amigos que no saben qué hacer».

Así, colocar a la persona afectada que se encuentra inconsciente en una posición lateral de seguridad puede salvarle la vida. «Un desmayo banal puede acabar en muerte por asfixia, si la persona queda estirada en mala posición», advirtió el doctor Valle.