La Conselleria balear de Medi Ambient decidirá próximamente entre dos opciones «realistas» para deshacerse de los materiales específicos de riesgo (MER) de las vacas sacrificadas en las Pitiüses: eliminarlos mediante autoclave o trasladar los despojos hasta Mallorca vía marítima y congelados.

Según explicó a este periódico el director general de Residuos, Nicolau Barceló, la segunda opción -que ya se emplea en sanidad- es la que tiene mas posibilidades de prosperar. «Seguimos con interés las pruebas que se están haciendo en otros lugares para ver si esa es una buena solución para Eivissa», explicó Barceló. La presión y calor ejercidos en el autoclave permiten, en teoría, «inertizar» el prión, de manera que esos residuos «ya se podrán destinar al vertedero», según el director general. La inversión en este aparato no se realizará hasta que existan garantías de éxito.

La alternativa de trasladar hasta Mallorca los restos congelados para que allí sean incinerados en la planta prevista en Son Reus resulta menos práctica, a tenor de los cálculos realizados desde Medi Ambient: «Esa solución debería ir acompañada de una inversión para construir en el matadero de Eivissa una cámara frigorífica lo suficientemente grande para que pueda albergar restos durante seis meses». Pasado ese tiempo -necesario para que el transporte no resulte excesivamente caro- , los MER serían trasladados a Mallorca. El problema es su elevado coste y, especialmente, las complicaciones «ambientales, de logística y de saber quién lo hace y quién lo paga», subrayó Barceló.

Respecto a los animales muertos en las Pitiüses, de momento seguirán enterrándose: «No me imagino -señaló Nicolau Barceló- una solución que pase por construir una incineradora en Eivissa o por transportar los restos hasta Palma».