Un aspecto del edificio de Viajes Barceló, que se hundió el pasado 26 de enero. Foto: K.TABERNER.

Los servicios técnicos del Ayuntamiento de Eivissa presentaron ayer el segundo informe correspondiente al expediente del siniestro ocasionado por la caída del edificio de Viajes Barceló. El texto no se pronuncia sobre responsabilidades en el derrumbe, en espera de que concluyan los estudios y análisis que se efectuarán por parte de los peritos.

De todos modos, si se confirma el diagnóstico, «resultaría evidente que existe un defecto estructural», asegura el informe. Este error «difícilmente podría ser previsto por un promotor o por un constructor que ejecuta una reforma interior». Sin embargo, el arquitecto plantea que la participación en la obra de un técnico, ingeniero, arquitecto o aparejador podría haber supuesto la detección de los problemas «mucho más cuando se trataba de suprimir todos los tabiques existentes en el local de Viajes Barceló y, sobre todo, agregar entre 100 y 110 kg/m2 más a la cubierta).

Para el arquitecto constituye un «hecho grave» que las obras se iniciaran sin licencia y con el conocimiento de Viajes Barceló, que para la obtención del permiso necesitaba dos documentos, los cuales representan el concurso y contratación de un técnico responsable que proteja y dirija las obras de reforma interior. A la espera de las pruebas que lo confirmen, el informe insinúa que el forjado de la cubierta del local se encontraba al límite de su resistencia desde que se ejecutaban los trabajos de impermeabilización.

Por otra parte, el concejal de la oposición Vicent Serra acusó ayer al equipo de gobierno de Eivissa de lentitud a la hora de atender a los vecinos desalojados del edificio colindante mediante los Servicios Sociales.